jueves, 15 de diciembre de 2011

Los conquistadores españoles de America

Los nuevos territorios a conquistar siempre fueron una ambición para el poder europeo. Cualquier rey de entonces, perteneciente a un siglo XV cansado de tantas disputas y tantas estructuras arcaicas que evolucionaban en sus largas centurias medievales, anhelaba un nuevo territorio para aposentar sus dominios. La novedad que supuso el descubrimiento de nuevas tierras a finales del siglo XV comportó una escapatoria para los más poderosos a la hora de anexar y ampliar sus fronteras y para aquellos desafortunados llenos de conocimiento y que a la vez ansiaban dichos poderes y adquisiciones que les remuneraran, los conquistadores.
Parafraseando al historiador Carlos Bosch García, ¿cuál fue el destino de esos hombres llenos de vida y de esperanzas que vinieron a América? Nadie puede dudar de que cumplieran la empresa a ellos encargada y que la llevaron a cabo en nombre de su rey. Pero también, a la vez, nadie deja de sorprenderse de que esos hombres en vez de ser premiados se vieran enfrentados por las autoridades y su quehacer discutido y con frecuencia ignorado o no evaluado por las misma. La mentalidad de estos hombres, -o bien, conquistadores-, debe entenderse partiendo de un punto de vista totalmente lleno de dificultades y de cambios generalizados por el descubrimiento de un nuevo mundo. ¿Qué supuso el hallazgo de esos territorios para los europeos conquistadores?, ¿qué pudo pasar por la mente de esos hombres sedientos de eternidad y de reconocimiento?
El hombre que viajó hacia América a finales del siglo XV y sobre todo en los esbozos de un siglo XVI etiquetado de descubrimientos y aventuras, no se relaciona con el arquetipo de un europeo peculiar de aquel entonces. Fue un hombre con una conciencia contigua, fronteriza, de fuerte espíritu religioso y conteniendo una figura caballeresca mantenida por la reciente Reconquista. Surcó mares hacia el Nuevo Mundo y cabalgó entre el Medioevo y la modernidad, -o el Renacimiento-. Puede verse este detallo en la obra de Erasmo de Rotterdam en 1529, el Enchiridion militis christiani, (Manual del caballero cristiano), dónde son descritas y explícitas las virtudes de un caballero ejemplar; la dignidad, el honor, el servicio y la promesa. América fue producto de un ente colectivo compuesto de individualidades. Todo salió de España en navegaciones adecuadas –la carabela, el galeón o la urca-, para cruzar el océano que les separaba de esos nuevos territorios. Para recorrer ese viaje, hicieron uso de astrolabios, compases, cuadrantes y demás artilugios que les conduciría a esas tierras. Consigo llevaron armas de fuego y hierro, caballos, perros y materiales de construcción para hacer y terminar la guerra y poder establecerse definitivamente cuando lo hubieran conquistado todo.

Puede denominarse la raíz del mundo prehispánico arrastrando sus antecedentes medievales a la formación de una América prehispánica. Las vicisitudes que se recogen en el siglo XV son características españolas propias de la cultura, la sociedad, la economía, la política y también la religión. La generación de los conquistadores, extendió su diligencia fundamentalmente entre 1504 y 1534, alrededor de unos 30 años, -nacidos entre 1474 y 1504 a grosso modo. Pertenecientes a esta generación como Núñez de Balboa, Pizarro, Hernán Cortés, Diego de Almagro, etc. La dinámica y la personalidad estructural de estos –principales- hombres (entre otros conquistadores) fue la escala de valores y el espíritu con el que zarparon hacia Nuevo Mundo: la religión, el sentido de la monarquía, lealtad, la honra y el honor, glorificación guerrera, riquezas, la tierra y la familia. Se arriesgaban plenamente a los logros, a la gloria y al triunfo pero para muchos –por no decir la mayoría-, fue una gran frustración a largo plazo. La mentalidad de estos hombres seguía intacta por su tradición y consecuentemente puede verse como la propia Corona mantenía sus intereses con fidelidad y que a lo largo del siglo XVI impondrá sus ambiciones en América desahuciando y aniquilando las aventuras, logros y conquistas de los navegantes y conquistadores.
En el sentido religioso, la herencia del espíritu de este conquistador, forjado por un individualismo que luchó en contra del Islam de la Edad Media –época en la que nos encontramos a priori-, fue transcendente para el honor, el orgullo y a la dignidad necesaria para luchar contra el infiel (en este caso, los indios de América). Pero también se debe remarcar sobre facultades cuales se han hecho mayor énfasis por la visión negativa que desata; la codicia. El anhelo de las riquezas u oro y afán de mujeres. Pero para ellos tenían sentido común ya que las riquezas eran consecuencia de la proeza de su combate como botines e incluso legalidades. El afán de mujeres era un obsequio peculiar en las Indias, visto desde una visión poligamita. Durante el paso a América no se produjo ni supuso un cambio o súbita transformación para una mentalidad que seguía discurriendo a la clave idea de la lucha con el hereje y la búsqueda de la conversión como deber religioso. La vinculación con la monarquía también tuvo mucha vehemencia, estos conquistadores no solo servían a Dios sino que también estaban “al servicio de su majestad”. Vasallos de Dios y del Rey, la lejanía (tanto en la Reconquista como en América) establece un bosquejo vasallático en el deber y el do ut des del hombre hispano. Las instituciones medievales que todavía en aquellos entonces permanecían vinieron como anillo al dedo pues la centralización de los Reyes Católicos no subvencionó las expediciones, aunque supieron acordar su soberanía en aquellos territorios descubiertos. Aquí se refleja los honores conquistados y la imposición de la soberanía de su rey. La corona centralista se encubrió tras los navegantes, conquistadores y diversos hombres con múltiples funciones, presenciando y juzgando los quehaceres y desvelos en los nuevos territorios del continente americano. El rey delegaba su autoridad. El elemento más importante en la conciencia de estos conquistadores era la ascensión social por cauces bélicos como objetivo principal. El honor y la honra (también reflejado en las personalidades de los conquistadores del Nuevo Mundo y en las caballerescas hazañas de los anteriores) se obtienen con el deber del cumplimiento y la gloria es la eterna promesa del honor convirtiéndose en grado heroico. En el caso de los conquistadores en América, la honra notificaba la obtención de dineros y la gloria a través de la guerra o los cauces bélicos contra los aborígenes indios.
El renombre reflejaba la honra por encima de los demás individuos, de los demás navegantes y conquistadores. La riqueza, durante la época de la conquista de nuevas tierras en el siglo XVI tuvo la función de obtener honra y servicio a la Corona. Las necesidades de la monarquía con los frentes abiertos también en Europa junto a los demás países europeos y sus afanes en conseguir mayor territorio, suponía la obligación de estos conquistadores de obtener riqueza y oro rápido. Es un ejemplo fray Bartolomé de las Casas que para éste tan solo había una causa para la conquista: hambre de oro. Todos estos eran los ideales en la mentalidad de un hombre que inconscientemente abandonaba una vieja era para emprender una nueva etapa fuera de las fronteras “impuestas” desde las centurias clásicas, un hombre que empieza tomando conciencia de su hazaña y de sus propósitos para su rey y para su propia gloria. El mayor logro de todos los conquistadores fue la concesión del marquesado del Valle –envidiado por todos los demás navegantes y conquistadores de las tierras-, obtenida por Hernán Cortés a cambio de sus propios esfuerzos, pero esta recompensa no se generalizó por ningún otro individuo que habitaba las lejanas tierras del Nuevo Mundo, fueron ingenuos al pensar que cualquier acción que recompensara a la Corona fuera de la misma manera que le fue gratificada a Cortés, las ambiciones de muchos no se ajustaron a las de la Corona, pensando que les seria recompensada como mérito y obtención de una donación de esplendidez feudal.

Al término del esfuerzo esperaban obtener patrimonios territoriales para convertirse en señores a perpetuidad, aunque se conformaran con que la remuneración de sus esfuerzos se hiciera por merced real. Para la una se trataba de manejar y organizar los nuevos territorios y las nuevas poblaciones y para los otros esos territorios significaban un patrimonio conquistado con su esfuerzo personal y colectivo, pero también con la inversión de sus bienes personales que pusieron a la disposición de su rey. Un hecho importante y que muestra la implicación y el interés de la Corona en estas expediciones y sus posibles ganancias fue que en todo momento la Corona siempre prefirió a expediciones señoriales particulares porque en esas mismas obtendrían muchas más ventajas y en cambio menos deber y obligaciones.
Las Leyes Nuevas de 1542 marcaron un gran declive, representaron la fuerza real centralizada y la pelea totalmente frontal contra los descubridores y conquistadores, del cual fue el azote de la sociedad señorial que se encontraba en ese mismo momento en América. Además se prohibió el régimen de las encomiendas, manteniendo tan solo las existentes –hasta que acabara la vida del que fuese el encomendero del momento-, reduciéndolas mayoritariamente y acentuando con este hecho la futura pobreza de los conquistadores. A mitad del siglo XVI, con la llegada de los burócratas reales acaparando una gran influencia de poder y juzgaron a los conquistadores. Parafraseando a Juan Marchena se produjo un “desmoronamiento del universo de los conquistadores, basando en un conjunto de privilegios sociales, económicos y de grupo conseguidos por su esfuerzo” Así como la Reconquista supuso una repartición de tierras y de pecheros, una reestructuración del estamento nobiliario y que además perduró, no fue el caso para el proceso del descubrimiento de las Indias. El modelo medieval que fue quebrándose y los cimientos del Estado moderno tomaron protagonismo por sí solo, este nuevo Estado no quiero distribuir ni repartir “parcelas de poder” y como en toda las historias de la Historia, cuando un “soldado, caballero o en este caso, conquistador llega a su final, pasa a ser un reserva.
“El fin de las encomiendas antiguas, promovido por disposiciones con las Leyes Nuevas, por los repartimientos a una o dos vidas, por la aparición de figuras exógenas al sistema, como virreyes, gobernadores o visitadores, o por la llegada de una nueva nobleza cortesana que no había participado en la conquista del territorio… era el fin del mundo que conocían y en el que habían sido educados”.
Juan Marchena
Este fue el final desafortunado para los conquistadores, que tras aventuras, asombros, descubrimientos, riquezas, encomiendas y algún que otro poder llevado a cabo en las Indias como autoridades supremas de los indios. Parecía que los conquistadores habían hallado un Nuevo Mundo ansiado por los monarcas, unas nuevas tierras llenas de esperanza y prosperidad económica o simplemente la ocupación de nuevos territorios ya que parecía ser que Europa se había quedado pequeña para nuevas conquistas o adhesiones al territorio.

Lo que fue el principio del descubrimiento de América no fue lo mismo en los años siguientes ni en el siglo siguiente. Hubo un proceso de conquista llevado a cabo. Las ansias y la ambición que fue moldeando la conciencia de los navegantes hacia Nuevo Mundo fueron invadiendo sus mentes por el anhelo a subir de categoría estamental u obtener riqueza que fueran válidas además a largo plazo. Esa codicia hizo que con el transcurso de los años y mientras luchaban y descubrían por conseguir su objetivo, la ambición se apoderara de ellos. Las órdenes de la Corona por conseguir especias y metales preciosos para sus propios intereses y la eficacia que exigían en que la consiguieran ejercían una sublime presión en el conquistador, los navegantes, los encomenderos, etc. Puede considerarse una pequeña cadena, la presión de la Corona sobre estos conquistadores comportaba la necesidad de mano de obra, la necesidad de los indios, la subida de la mortalidad, la ambición individual de conseguir aumentar encomiendas con más indios y obtener riquezas por sus hallazgos, y así sucesivamente hasta que hubo un punto en que a la Corona no le interesó lo que estaba sucediendo en Nuevo Mundo, la Corona utilizaba como peones a los individuos que se lanzaron al océano en busca de nuevas aventuras, sedientos de nuevas oportunidades y de conseguir los privilegios que una clase estamental elevada tenía por linaje. Los esfuerzos, los sacrificios y las disputas en América pronto pasarían al olvido, los méritos y la obtención de ese territorio tan solo tenía una imagen representativa; la Corona, aunque hubieron conquistadores bien destacados que consiguieron hacerse con un imperio e incluso ganarse por su descubrimiento su propio nombre impuesto en el territorio. Persecula seculorum, las tierras del Nuevo Mundo siempre tendrán memoria para los caídos y los aborígenes nativos del propio territorio y para los que son conmemorados hoy en día por descubrir por sus propios méritos el territorio que tan solo ellos pisaron los primeros.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Transformación política de las potencias a finales del siglo XIX

El poder político, un partido ideológico o simplemente las plataformas que dan voz al pueblo, en la actualidad, parece un hecho que siempre haya perdurado en la organización de la sociedad. Pero no es el caso ni para las potencias de finales del siglo XIX; Inglaterra, Francia, Alemania y el país que tras su independencia estaba despertándose como un gigante dormido, Estados Unidos.
            El largo balance o desarrollo de sus pasos, cambios e incluso reformas para obtener el poder del país, fue escenario de muchas disputas, de perdedores, vencedores y sobre todo de intereses. En el caso de Inglaterra, las estrategias para obtener más poder estaban siempre enfocadas a la Corona. No existía una Constitución que reflejase la diferencia de poder entre el Parlamento y la Corona, la cual, vivían en controversia ya que Inglaterra era una monarquía parlamentaria y esto provocaba que ni la monarquía ni el Parlamento tuvieran un poder absoluto, acentuando su eterna rivalidad. Aunque con el paso del tiempo, la Reforma de 1832 desarrolló otra competencia a estos dos poderes: la formación de los grupos políticos o las plataformas colectivas. No empezaron a marcar protagonismo hasta la segunda mitad del siglo XIX, aunque el Parlamento hubiera ganado poder frente al de la Corona. El desarrollo y el suceso de los acontecimientos era claro; por una banda, el sufragio universal había dado mucha rienda suelta al pensamiento liberal de la población, la Reforma de 1832 daba mayor representatividad (eliminando los “burgos podridos”) a condados de mayor población. Y por otra banda, la realeza, aunque quedaran ciertos rasgos victorianos conservadores, tendía a disolverse, captándose mayor énfasis en los partidos políticos, ya que para el pueblo empezaban a ser esas voces cercanas representativas. Este ritmo de recreación de círculos, plataformas hasta formar los partidos políticos, con ideologías propias al individuo, fueron acentuándose hasta principios de siglo XX.
            En el caso de Francia, otro país dominante por su historia, su evolución política fue más bien marcada por las circunstancias del país, por las guerras declaradas y por quién tuviera el dominio de Europa. La derrota franco-prusiana, la dominación de Bismark (II Reich) en la Europa Occidental y algún que otro brote revolucionario en el país, hizo que en Francia surgiera el sentimiento de la República ya en los años 70 del siglo XIX. Esto hizo despertar un valor nacionalista, un valor republicano y por contrapartida, un valor monárquico que aunque pareciera más ausente, también se refirmaba. El triunfo de los republicanos en 1879 dio un énfasis a ese espíritu nacionalista republicano y no el monárquico. Este hecho, produjo la instauración de pequeñas reformas que iban remodelando el Estado liberal que los países europeos habían empezado a construir. No debe olvidarse el papel de la Iglesia, ya que en Francia en 1902 con el triunfo de la Izquierda política se proclamó como Estado laico. La vida de los obreros empezaba también a forjarse como voz parlante, como organizaciones que se iban formando a favor de sus derechos y de las malas condiciones que pudieran resultarles. La CGT (Confederación General de Trabajadores) cada vez fue adquiriendo más popularidad. Estos pequeños rasgos o cambios que se iban produciendo, dieron pie a las organizaciones sociales pero a la vez políticas, ganando terreno en el poder francés.
La subida de la política en Francia a finales del siglo XIX

            En Alemania, se instauró el II Reich en 1871, como Estado Federal y compuesto por 22 estados monárquicos las cuales cada uno mantenía su propia soberanía parlamentaria. Esto supuso una pequeña brecha en la economía ya que ellos mismos se administraban los impuestos y cada pequeño estado que formaba Alemania regulaba su territorio, marcando diferencias entre unos y otros. Uno de los cambios durante el Reich de Bismark fue la unificación económica del territorio alemán. Este hecho puede aplicarse a la política que Bismark empezó a llevar a cabo. Empezando una unificación alemana, y un interés grato por el territorio prusiano, Bismark se puso al frente del territorio, acumulando todos los poderes en él cómo canciller y siendo el presidente del Estado de Prusia. Además, introdujo el voto de sufragio igualitario frente a los rígidos intereses o participaciones de la sociedad de los pequeños estados. La participación política en 1890 fue clave para Alemania; frente a los conservadores (partido dominante), los liberales y los católicos y socialistas (masa obrera), perdió el bando conservador y se instauró una política más liberal al frente de Guillermo II, muy crítico con Bismark y acentuando un mayor interés de política e implicación en la sociedad. Parecía que Alemania dejaba atrás aquellos estados que tan solo formaban un mismo territorio, para integrarse totalmente entre ella y ser una unidad de territorio europeo, mostrando una implicación y una preocupación por el país incluso a las puerta de la Gran Guerra.
            Pasando al otro extremo del Atlántico, en Estados Unidos ya se mostraba una clara política en la segunda mitad del siglo XIX, partidos y políticos bien definidos y con ideologías sumamente claras. Dejando al margen la monarquía en este territorio, inexistente desde su descubrimiento hasta nuestros días, habían dos actitudes políticas diferentes que marcaban su ideología; por una parte los republicanos y por otra, los demócratas. Parecía que con la Hayes al frente, la posición republicana parecía fortalecida y unitaria pero fue quebrándose paulatinamente. En las elecciones de 1880, Garfield fue la figura política elegida y reafirmó la consolidación de la administración pública y una cierta independencia. Los problemas fueron surgiendo, tras la Guerra Civil el descontento general de los granjeros por la bajada de los precios fueron que el interés por pequeñas organizaciones entre ellos y la defensa de sus propios intereses, fueran refirmándose y fortaleciendo, así nació el círculo populista. Ya a principios del siglo XX, en el año 1900, la facción más progresista fueron en contra de la manera conservadora de dirigir el país, la intención era abolir la parte tradicional de la política del momento. Por lo tanto, el país empezó a desarrollarse cómo más representativo y democrático frente a los problemas y los hechos producidos anteriormente en el propio territorio. Estados Unidos se abrió más políticamente a través del surgimiento de la voz populista y de la política progresista aunque su línea y su atrezzo político y administrativo no tuvo muchas alteraciones ni cambio con el paso del tiempo.
            Al largo de la Historia, las luchas, las disputas y los objetivos dieron resultados, obteniendo ya entrado en el siglo XIX esos Estados liberales y esos brotes en contra del conservadurismo histórico regidos por los poderosos o por aquellos que siempre tenían el poder. Políticamente, puede observarse la evolución de cuatro países que en diferentes etapas fueron desarrollándose por la voz de su sociedad, por sus necesidades y sus intereses. La línea que siguen es la misma pero los cambios que se produjeron afectaron de formas diferentes a cada país. Parecía que a principios de siglo, ese poder siempre estuviera en manos de la parte alta de la escala estamental, pero la parte baja de ese estamento empezó a organizarse y también ser voz y voto del territorio que formaban, su nación.

lunes, 31 de octubre de 2011

LUIS XIV



Enseguida se ve que la majestad es efecto de la peluca, de los zapatos de tacón alto y el manto... Así hacen los barberos y zapateros los dioses que veneramos.

William Thackeray

miércoles, 13 de julio de 2011

REMEMBER PEARL HARBOR!

No hace ni un siglo que la humanidad sufrió uno de los hechos más desastrosos de nuestra Historia Contemporanea, la Segunda Guerra Mundial. Este término se identifica sobre todo con la subida de Hitler al poder y junto a su ideologia nazi, por su ambición por conseguir su "espacio vital" y por todos los exterminios humanos a los que sometió hacer. No obstante, debo remarcar que muchos de los sucesos ocurridos en la propiamente dicha, marcó un antes y un después en nuestro futuro e incluso en nuestra actualidad.

7 de diciembre de 1941, (como muchos yankis denominaron) el día de la infamia que comportó la entrada de los Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial. La estrategia fue clara, los japoneses atacaron por sorpresa un domingo a las 8:00am en las islas Hawaii, la isla de Oahu en el puerto naval de Pearl Harbor, donde se encontraba toda la flota naval de guerra de los yankis. No obstante, algunos portaviones se hallaban en Inglaterra (por ser un país aliado) y otros en la costa oeste de EEUU.


La questión es ¿fue un precedente claro para los Estados Unidos este ataque y así poder hacer evidente a la opinión pública que debían participar en la guerra? Los antecedentes de este echo se remontan en muchos años atrás.

El marco principal de la situación fue el colonialismo obtenido por los Estados Unidos e Inglaterra en toda la zona del Pacífico y las islas de Indonesa a finales del siglo XIX, de las cuales obtenían todos los recursos naturales/vitales/primarios para la subsistencia del país. Así, Estados Unidos exportaba para Japón muchos de los recursos vitales que éstos necesitaban, a cambio (hablando supuestamente y de manera obvia) que Japón respetara toda la parte del Pacífico sin entrar en conflictos y no desarrollara una política exterior agresiva. No obstante, la facción militar era quién dominada todo el país japonés, aunque Hiro Hito era la figura imperial por excelencia, (tan solo era uina faceta aparente), por eso a partir de 1933 admiraron la figura de Adolf Hitler, el resurgir tan poderoso que tuvo y su movimiento en masas sobre muchos alemanes. En 1939, Alemania, Italia y Japón firmaban el pacto Antikomintern (pacto principalmente en contra de la URSS, de la Segunda Internacional y del comunismo en general, mostrando también su alianza en contra de los Aliados) del cual Estados Unidos, retiró todos los recursos que eran vitales por Japón.

¿Por que? Primer motivo: la invasión de Japón en China, en "Manchukuo", dónde Estados Unidos obligó a los japoneses retirárse y estos se negaron.
Segundo motivo: la firma aliada con los alemanes y los italianos, posicionándose los japoneses a favor de los régimes totalitarios europeos, hecho que significaba la guerra contra Inglaterra, principal aliado de Estados Unidos. Los japoneses se negaron a retirar la firma del pacto tal y como Estados Unidos quiso que hicieran para que siguieran con la subsistencia de los recursos vitales. Los japoneses no lo hicieron, sería una humillación para la facción militar.


Aunque parecen ser motivos más que suficientes para designar a Japón como único culpable de esta batalla perdida, a los Estados Unidos, no les convenía todo lo que Japón hizo previamente, obvio. Pero, ¿hasta que punto no les convenía? hemos visto en este largo recorrido de la Historia, que si los japoneses no hubieran atacado por sospresa a los Estados Unidos para destruir todo su armamento militar y así anularles como país opresor para negarles los recursos naturales, Estados Unidos, o mejor dicho, Franklin D. Roosevelt no hubiera tenido la libertad de asumir la guerra, evidenciar a la opinión pública que no era solo un problema imperial de Inglaterra ni de Europa (tener este ataque como precedente) y ayudar a Inglaterra y a los aliados a acorralar al Eje totalitario europeo, y parecía ser que en 1941, también al asiático.

En mi opinión, la entrada de los Estados Unidos en la Segundo Guerra mundial como consecuencia del victorioso ataque japonés, fue el momento más decisivo en esta guerra (sin olvidar a los rusos en Stalingrado ni el desembarco de Normandía) ya que creo que sin este ataque, sin este precedente para Estados Unidos, si Franklin D. Roosevelt no entraó en guerra, sin éste própiamente dicho no hubiera entrado (recordando las promesas de no entrar en guerra en las elecciones de 1932, y las próximas candidaturas para la presidencia que se acercaba). Dicho esto, Inglaterra hubiera sido invadido por los alemanes con el paso del tiempo, el sud de Francia que no estaba invadido (el gobierno de Vichy) también hubiera caído en manos italianas y alemanas. Los rusos no hubieran podido hacer frente solos ante el monstruo nazi, hubieran estado acorralados por los japoneses y por los alemanes. Por lo tanto, el único continente superviviente que quedaría sería América, al mando de Estados Unidos, envuelto en dos monstruos poderosos, aniquiladores de la antigua Europa; Alemania y Italia (por el Atlántico) y Japón (por el Pacífico)...

¿Hubiera podido Estado Unidos enfrentarse por dos bandas a dos grandes enemigos?

"Remember Pearl Harbor"... sin esta ataque, actualmente, ¿nos veríamos inmersos en una ideología nazi triunfante en la Segunda Guerra Mundial?.


Cristina H.

sábado, 11 de junio de 2011

¿Qué es la Historia?

El pasado es pasado. El presente no existe. El futuro es incierto. Tan solo nos queda constancia y el recuerdo de aquello que ha sucedido. Aquel instante forma parte y ha conducido a este presente, a lo que somos y vivimos. La historia hace que el mundo sea así y no de otra manera, commemorando a todos aquellos hechos que como consecuencia han llevado a la actualidad.
Durante años, lustros, décadas y siglos el mundo ha vivido autoridades, guerras, sufrimientos, libertades, poder, revolución, sacrificios y acontecimientos luchados por miles de personas pidiendo un cambio. Todos ellos forman parte de la historia como nosotros también la formaremos, porque cada mínimo suceso, por muy minucioso que sea, ha comportado un lento cambio para la evolución.
La historia es la marca de la humanidad, de todo lo que el mundo es y será. Cada segundo que pasa es un segundo más de historia y que automáticamente es pasado siendo consecuente del próximo futuro. La historia es la suma de un momento detrás de otro y también nuestro presente eterno porque todo lo existente ES HISTORIA.